Oscuro y vacío; donde sólo escucho mi voz
hablarle a mi misma y no me respondo...
Donde no hay quien me vea
porque he de ocultarme
porque el llanto que se asoma
no quiere mostrarse
me consuelo callada, asi no me escuchan
y si me sorprenden de pronto
salgo de mi guarida y...
embozo una iluminante sonrisa
Nadie me escucha en este abismo
Y mis heridas latentes me obligan a mirarle...
estoy cansada de tener que ignorarles
que me entrego consciente ante su inminente lenguaje
Sangran de a poco algunas veces...
yo les limpio fuerte queriendo curarles
Pero me GRITAN de ardor y huyo inconsolable
al laberinto de sentimientos dispuestos a encerrarme
recojo la lluvia deslizante que enmarcan mi rostro
Allí, Caigo, Nauseabunda, Sola, MUY SOLA...
Mis heridas no dejan de hablarme
me aturden y no se callan..
Entonces, en el respiro de la calma
miro el resplandor del cielo
Implorando con amargura que me lisien de los sentidos...
No quiero verles, no quiero escucharles, no quiero sentirles...
Y el Sol alejándose de mi guarida...
por temor a tocarme, por temor a dañarme
Me susurra con alivio o tal vez para apaciguarme
Sus palabras callan mis heridas y me obligan a levantarme
A salir de mi guarida, a no se consolada por nadie
Ni de mi Misma...
Si ellas están allí, para atormentarme o para ocultarme
Me permiten sentir, a cada instante, a cada respirar,
a cada pensar, a cada particula que hay en mi
En realidad...
Me han enseñado a conocerme mejor que nadie.
